Oración Católica por las Almas del Purgatorio

Dios de infinita misericordia y bondad, me acerco a ti en este momento para pedir por las almas de aquellos que han partido de este mundo y se encuentran en el purgatorio. Reconozco, Señor, que tú, en tu justicia y amor, purificas a quienes están destinados a estar contigo en la vida eterna. Te pido humildemente que les concedas el descanso y la paz que tanto anhelan.

Padre eterno, perdona las faltas de estas almas que en vida buscaban conocerte y amarte, pero que ahora necesitan ser purificadas antes de entrar en tu gloria. Concede, Señor, que el fuego de tu amor consuma sus pecados y que, purificadas por tu gracia, puedan contemplar tu rostro con gozo y felicidad eterna.

Jesús misericordioso, tú que en tu pasión y muerte redimiste a toda la humanidad, derrama tu sangre preciosa sobre estas almas para liberarlas de sus ataduras. Que tu sacrificio las alcance y las lleve a la plenitud de tu amor. Tú que eres compasivo y clemente, escucha las súplicas de quienes en la tierra rogamos por ellas.

Virgen María, Madre amorosa, intercede por las almas del purgatorio, especialmente por aquellas que están más olvidadas y que no tienen quien rece por ellas. Llévalas en tu manto de ternura y presenta sus necesidades a tu Hijo Jesús, para que puedan alcanzar la paz y la reconciliación que anhelan.

Santos y santas de Dios, ustedes que gozan de la presencia del Señor, rueguen por estas almas que aún esperan su liberación. Que sus oraciones y méritos se unan a los nuestros para que pronto puedan disfrutar de la gloria eterna junto a ustedes en el reino de los cielos.

Señor, permite que el sacrificio de la Misa, las oraciones y las obras de caridad que realizamos en tu nombre sean una ayuda para estas almas en su proceso de purificación. Que tu amor misericordioso las abrace y que la luz eterna brille sobre ellas para siempre.

Padre celestial, alivia el sufrimiento de estas almas y concédeles la gracia de ser liberadas pronto de todo lo que las retiene. Que encuentren consuelo en tus promesas y que el anhelo de estar contigo les dé fortaleza hasta el momento de su liberación.

Gracias, Señor, por escuchar esta oración y por la esperanza de saber que las almas de nuestros hermanos y hermanas en el purgatorio, un día, estarán contigo en la plenitud de tu gloria. A ti sea el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.