Salmo 146: Reflexión, Comentario y Análisis
Salmo 146
- Aleluya. ALABA, oh alma mía, al SEÑOR.
- Alabaré al SEÑOR en mi vida: Cantaré salmos a mi Dios mientras viviere.
- No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salud.
- Saldrá su espíritu, tornaráse en su tierra: En aquel día perecerán sus pensamientos.
- Bienaventurado aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, Cuya esperanza es en el SEÑOR su Dios:
- El cual hizo los cielos y la tierra, La mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre;
- Que hace derecho a los agraviados; Que da pan a los hambrientos: El SEÑOR suelta a los aprisionados;
- El SEÑOR abre los ojos a los ciegos; El SEÑOR levanta a los caídos; El SEÑOR ama a los justos.
- El SEÑOR guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda levanta; Y el camino de los impíos trastorna.
- Reinará el SEÑOR para siempre; Tu Dios, oh Sión, por generación y generación. Aleluya.
Reflexión sobre el Salmo 146
El Salmo 146 comienza con una exaltación a alabar al SEÑOR, invitando al alma a alabarlo mientras viva. Este salmo nos recuerda la impermanencia de la vida humana y la futilidad de confiar en los líderes terrenales, destacando la fragilidad y la temporalidad de sus pensamientos y planes. En contraste, el salmo resalta la bienaventuranza de aquellos que ponen su esperanza en el SEÑOR, el creador de los cielos y la tierra, que es fiel para siempre.
Comentario del Salmo 146
El salmo ofrece una visión poderosa de la fidelidad y justicia del SEÑOR. Describe cómo Dios interviene en el mundo: hace justicia a los agraviados, alimenta a los hambrientos, libera a los prisioneros, abre los ojos a los ciegos, y levanta a los caídos. Este salmo es una proclamación de las obras misericordiosas de Dios y su amor por los justos. También muestra su protección hacia los extranjeros, los huérfanos y las viudas, y su oposición a los caminos de los impíos.
Análisis del Salmo 146
El Salmo 146 enfatiza la grandeza de Dios en comparación con la fragilidad humana. La estructura del salmo subraya la inmutabilidad de Dios frente a la transitoriedad del hombre. Alaba a Dios no solo por su creación y su verdad eterna, sino también por sus actos justos y misericordiosos en favor de los más necesitados y vulnerables. Termina con una afirmación poderosa del reino eterno del SEÑOR, proclamando su reinado sobre Sión por todas las generaciones.
Conclusión
El Salmo 146 es un recordatorio inspirador de la soberanía de Dios y su compasión por los oprimidos. Nos invita a poner nuestra confianza y esperanza en el SEÑOR, quien es fiel y justo para siempre. Al meditar en este salmo, encontramos un llamado a alabar a Dios continuamente, reconociendo su intervención constante y amorosa en nuestras vidas y en el mundo.