Salmos 120: Explicación, Significado y Interpretación
Salmo 120
- Cántico gradual. A SEÑOR llamé estando en angustia, Y él me respondió.
- Libra mi alma, oh SEÑOR, de labio mentiroso, De la lengua fraudulenta.
- ¿Qué te dará, ó qué te aprovechará, Oh lengua engañosa?
- Agudas saetas de valiente, Con brasas de enebro.
- Ay de mí, que peregrino en Mesech, Y habito entre las tiendas de Kedar!
- Mucho se detiene mi alma Con los que aborrecen la paz.
- Yo soy pacífico: Mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.
Explicación del Salmo 120
El Salmo 120 es uno de los Cánticos Graduales, un grupo de salmos que los israelitas cantaban mientras ascendían a Jerusalén para las fiestas anuales. Este salmo refleja un clamor de angustia y una búsqueda de liberación de las mentiras y la engañosa lengua de los enemigos. El salmista llama al SEÑOR en su aflicción, confiando en que Dios escuchará y responderá a su llamado.
El versículo 1 establece el tono del salmo, mostrando la desesperación y la confianza del salmista en que Dios escucha y responde. En los versículos 2 y 3, el salmista pide ser liberado de los engaños y mentiras, destacando la perniciosidad de las palabras falsas.
Significado del Salmo 120
El significado central del Salmo 120 radica en la súplica de ayuda divina contra las calumnias y el engaño. Las “agudas saetas de valiente, con brasas de enebro” en el versículo 4 simbolizan el daño profundo y persistente que pueden causar las palabras engañosas. El salmista se siente como un extranjero en Mesech y Kedar, lugares que representan la hostilidad y la guerra en contraposición a su deseo de paz.
Los versículos 5 y 6 subrayan el sentimiento de aislamiento y desarmonía del salmista, que habita entre aquellos que aborrecen la paz. Finalmente, el versículo 7 revela la tensión constante que experimenta: aunque él es pacífico, sus palabras provocan conflicto en los demás.
Interpretación del Salmo 120
El Salmo 120 puede interpretarse como una reflexión sobre la lucha interna y externa que enfrentan aquellos que buscan vivir en paz en un mundo lleno de engaños y conflictos. La mención de Mesech y Kedar puede interpretarse simbólicamente como representaciones de cualquier entorno hostil donde prevalecen la mentira y la violencia.
Este salmo también resuena con cualquier lector que haya enfrentado la calumnia o la malicia verbal, ofreciendo un modelo de cómo clamar a Dios en tiempos de angustia. El llamado del salmista al SEÑOR y su confianza en la respuesta divina proporcionan un ejemplo de fe y esperanza para aquellos que sufren injusticias.
Conclusión
El Salmo 120 es un poderoso recordatorio de la capacidad destructiva del engaño y la importancia de buscar la ayuda divina para superarlo. A través de este salmo, aprendemos a llevar nuestras angustias a Dios y a confiar en su justicia y protección.