5 Salmos para la envidia y la maldad

La envidia y la maldad son fuerzas negativas que pueden afectar nuestra paz interior y nuestras relaciones. En momentos en los que nos sentimos rodeados de estas energías o necesitamos protección contra ellas, los salmos pueden ser una herramienta poderosa para encontrar fortaleza, consuelo y la guía de Dios. A continuación, te presentamos cinco salmos que te ayudarán a enfrentar estas situaciones con fe y confianza en el Señor.


  1. Salmo 37: “No te inquietes por causa de los malvados”
    Este salmo nos anima a no preocuparnos ni dejarnos llevar por la envidia o la maldad de los demás, recordándonos que Dios tiene un plan para los justos. Al recitarlo, podemos encontrar paz y renovar nuestra confianza en que el Señor nos guiará y protegerá de cualquier influencia negativa.
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  2. Salmo 27: “El Señor es mi luz y mi salvación”
    Este poderoso salmo nos recuerda que, con Dios a nuestro lado, no hay nada que temer. Es ideal para pedir protección contra la envidia y la maldad, reforzando nuestra fe en que el Señor es nuestra fortaleza y escudo en todo momento.
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  3. Salmo 64: “Protégeme de las conspiraciones”
    El Salmo 64 es una súplica para ser protegido de los planes maliciosos de los enemigos y de las palabras dañinas. Este salmo nos recuerda que Dios ve todo y que Su justicia prevalecerá, liberándonos de cualquier maldad dirigida hacia nosotros.
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  4. Salmo 140: “Líbrame, Señor, de los hombres malvados”
    Este salmo es una oración directa y sincera para pedir la protección de Dios contra la maldad y la envidia de los demás. Al recitarlo, invocamos la intervención divina para que nos guarde de aquellos que buscan hacernos daño.
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  5. Salmo 91: “Bajo la sombra del Altísimo”
    Este salmo es un refugio para el alma en tiempos de angustia. Nos asegura que aquellos que confían en Dios están protegidos de todo mal, incluida la envidia y las intenciones negativas. Es perfecto para recitarlo diariamente como una oración de protección y paz.
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Cuando enfrentamos la envidia y la maldad, es importante recordar que Dios es nuestra fortaleza y refugio. Estos salmos nos ayudan a enfocarnos en Su poder y Su protección, apartando nuestras mentes de las energías negativas y acercándonos más a Su amor.

Recitarlos con fe nos permite encontrar paz interior, confianza en la justicia divina y una fuerza renovada para seguir adelante. La luz de Dios siempre triunfa sobre las tinieblas, y Su amor nos rodea y protege en todo momento.