7 Salmos para dar la ofrenda y el diezmo

Dar ofrendas y diezmos es un acto de gratitud y obediencia a Dios, un reconocimiento de Su provisión y de que todo lo que tenemos viene de Él. Los salmos son una hermosa manera de preparar el corazón para dar con alegría y confianza, sabiendo que nuestras acciones son una forma de adoración. Aquí te presentamos siete salmos que inspiran y guían este acto de fe y gratitud.


  1. Salmo 24: “Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella”
    Este salmo nos recuerda que todo en la tierra pertenece a Dios, incluyendo nuestras posesiones. Al recitarlo, reflexionamos sobre cómo nuestras ofrendas y diezmos son un reconocimiento de Su soberanía y un acto de gratitud por todo lo que Él nos ha dado.
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  2. Salmo 50: “El Señor no necesita sacrificios, sino gratitud”
    Este salmo enfatiza que Dios no necesita lo que ofrecemos, sino que nuestro acto de dar debe provenir de un corazón agradecido. Al meditar en este salmo, podemos dar nuestras ofrendas y diezmos como una expresión de gratitud y obediencia, no como una obligación.
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  3. Salmo 96: “Traigan ofrendas y entren en sus atrios”
    El Salmo 96 invita a traer ofrendas a Dios como parte de nuestra adoración. Este salmo nos anima a acercarnos a Él con alegría y reverencia, entregándole nuestras ofrendas como una señal de nuestra devoción.
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  4. Salmo 116: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”
    Este salmo expresa un corazón lleno de gratitud por las bendiciones de Dios. Al recitarlo, reflexionamos sobre cómo nuestras ofrendas y diezmos son una manera de agradecerle por Su bondad y Su provisión constante en nuestras vidas.
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  5. Salmo 100: “Entren por sus puertas con acción de gracias”
    Este salmo nos invita a entrar en la presencia de Dios con gratitud y alabanza. Al dar nuestras ofrendas y diezmos, podemos recitar este salmo para recordar que todo lo que damos es un acto de alabanza al Señor.
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  6. Salmo 41: “Dichoso el que piensa en el débil”
    Este salmo resalta la bendición de dar y cuidar de los demás. Al recitarlo, podemos reflexionar sobre cómo nuestras ofrendas y diezmos no solo honran a Dios, sino que también son una forma de bendecir a quienes necesitan ayuda.
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  7. Salmo 128: “El trabajo de tus manos será bendecido”
    Este salmo promete bendiciones para quienes temen al Señor y caminan en Sus caminos. Al dar con alegría, podemos confiar en que Dios bendecirá nuestro esfuerzo y multiplicará nuestras ofrendas para Su obra.
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Dar ofrendas y diezmos no es solo un acto físico, sino una expresión de nuestro corazón hacia Dios. Estos salmos nos ayudan a reflexionar sobre el significado de dar, recordándonos que todo lo que tenemos viene de Él y que, al dar, estamos participando en Su obra en la tierra.

Recitar estos salmos antes de entregar tus ofrendas y diezmos puede inspirarte a dar con un corazón lleno de gratitud, fe y alegría, sabiendo que Dios bendecirá tu generosidad.