6 Salmos contra ataques espirituales

Los ataques espirituales pueden manifestarse como momentos de confusión, desesperación o una sensación de lucha interna constante. En estos momentos, es importante recordar que no estamos solos y que Dios es nuestro refugio y protector. Los salmos son poderosas herramientas espirituales que nos ayudan a combatir las fuerzas negativas y a fortalecer nuestra fe. A continuación, te presentamos seis salmos ideales para pedir protección y fortaleza en momentos de ataques espirituales.


  1. Salmo 27: “El Señor es mi luz y mi salvación”
    Este salmo nos recuerda que Dios es nuestra luz en tiempos de oscuridad y nuestra salvación cuando enfrentamos peligros. Es ideal para rezar en momentos de temor o confusión, pidiendo la guía y protección divina contra cualquier ataque espiritual.
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  2. Salmo 35: “Pelea, Señor, contra los que me atacan”
    El Salmo 35 es una súplica ferviente de protección y defensa divina contra enemigos visibles e invisibles. Este salmo es poderoso para pedir que Dios intervenga en nuestras batallas espirituales y que disipe las fuerzas negativas que nos rodean.
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  3. Salmo 91: “Bajo la sombra del Altísimo”
    Este salmo es uno de los más conocidos para pedir protección divina. Es ideal para clamar a Dios por refugio y seguridad frente a cualquier peligro espiritual, recordándonos que quienes confían en Él están bajo Su sombra protectora.
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  4. Salmo 121: “El Señor es tu guardián”
    Este salmo es una oración de confianza en la protección continua de Dios. Al recitarlo, pedimos que Él nos guarde del mal y nos proteja de los ataques espirituales en todo momento y lugar.
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  5. Salmo 140: “Líbrame, Señor, de los malvados”
    El Salmo 140 es una súplica para ser liberados de las trampas y ataques de los enemigos, tanto físicos como espirituales. Este salmo nos ayuda a pedir que Dios desbarate las intenciones maliciosas y nos cubra con Su protección.
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  6. Salmo 144: “Bendito sea el Señor, mi roca”
    Este salmo celebra a Dios como nuestro defensor y fortaleza en medio de la batalla. Es ideal para pedir fuerzas en la lucha espiritual, sabiendo que Él entrena nuestras manos para la guerra y nos da la victoria.
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Los ataques espirituales pueden ser desafiantes, pero con la fe en Dios y la protección que Él nos ofrece, podemos enfrentarlos con valentía y confianza. Estos salmos no solo nos fortalecen espiritualmente, sino que también nos recuerdan que Dios está siempre presente, luchando por nosotros y protegiéndonos de todo mal.

Recitarlos con devoción y confianza es un acto de fe que nos ayuda a superar cualquier adversidad espiritual. Dios es nuestro escudo y refugio, y con Él, ninguna fuerza negativa puede prevalecer.